En la tarde de ayer Fernando Castro Borrego, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de la Laguna y crítico de arte, ofreció una conferencia en el salón de actos del Museo Patio Herreriano de Valladolid sobre la obra de Delhy Tejero (Toro, 1904 – Madrid, 1968). La disertación se desarrolló en el contexto de la magnífica exposición «Delhy Tejero. Geometría y misterio», comisariada por Patricia Molins, que estará instalada en dicho centro de arte contemporáneo hasta el 9 de septiembre.

El catedrático realizó un recorrido por la vida y la obra de la pintora toresana e incidió de manera especial en la soledad que la acompañó toda la vida e incluso una vez fallecida: «El relato del arte contemporáneo español, y del de vanguardia en particular, está montado a partir de grupos. La formulación de las ideas de esos grupos se hace a través de manifiestos, donde se dice de qué están a favor y de qué están en contra». El hecho de que Delhy Tejero escapase de circunscribirse a un grupo o corriente determinada fue para el conferenciante una condena: «No se sometió a ningún dogmatismo, no se doblegó al esquema conceptual. Esto la condenó a la soledad por destino», afirmó.

Fotografía realizada en la exposición «Las Sinsombrero» (2023). Obra también expuesta en la muestra actual de Patio Herreriano.
De especial interés resultaron tres de las apreciaciones realizadas por Castro Borrego a lo largo de su intervención. La primera tiene que ver con una de las temáticas abordadas por Delhy Tejero: las tradiciones y el costumbrismo. En este sentido, destacó que el regionalismo de Delhy no fue como el de otros autores como Julio Romero de Torres: «El regionalismo de Delhy da una dimensión única, más estética que etnográfica. No le interesa tanto el reflejo de las costumbres como la estética, la belleza. La belleza es el gran tema de Delhy. Picasso practicó el feísmo, Delhy nunca. Embellecía cualquier tema. Su regionalismo está embellecido, las campesinas parecen diosas. Para Delhy la vida merecía la pena por la belleza».

El Golpe de Estado de 1936 es uno de los temas recurrentes en sus «Cuadernines»: «Haz que la tierra pueda absorber toda la sangre, no vaya a quedar seca por encima y se nota y después que caiga mucha agua sobre todos…»
Fotografía realizada en la exposición «Las Sinsombrero» (2023). Obra también expuesta en la muestra actual de Patio Herreriano.
En segundo lugar, se detuvo en la obra «Madres de la guerra» (1937), un óleo sobre cartón donde la pintora aborda el drama de la Guerra Civil española: «Es una de las tres grandes obras de la Guerra Civil española junto con el “Guernica” de Picasso, y “Premonición” de Dalí». Indicó que, a pesar de su reducido tamaño (45×37 cm), se trata de una gran obra.
Finalmente, puso el foco sobre la obra «Autorretrato, 22/02/1950», que puede contemplarse en la mencionada exposición en el Museo Patio Herreriano: «Este retrato de Delhy Tejero no tiene parangón en la historia del arte español. Yo soy la que poso ante ustedes pero también soy el telón de fondo. Es la belleza». Parte de las palabras dedicadas a esta obra pueden escucharse en el siguiente vídeo.
Javier García Martín
Junio 2024

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