Ribadelago Nuevo, mirada a un paisaje inventado

Fotografía del panel inicial de la exposición «Pueblos de colonización: miradas a un paisaje inventado», instalada en el Museo ICO (Madrid). Marzo 2024.

Resulta inevitable para un zamorano no acordarse del poblado de Ribadelago Nuevo al visitar la magnífica exposición «Pueblos de colonización: miradas a un paisaje inventado», instalada en el Museo ICO (Madrid) hasta el 12 de mayo. La muestra sintetiza el enorme trabajo de Ana Amado y Andrés Patiño analizando la historia y la arquitectura de los más de trescientos pueblos creados por el Instituto Nacional de Colonización entre los años 1943 y 1971. En su doble objetivo de crear nuevas zonas de regadío y asentar población en el medio rural, este organismo público impulsó una especie de urbanística rural que supuso «un campo de investi­gación y experimentación para arquitectos con frecuencia jóvenes, que tenían un acceso más complicado a la activi­dad edificatoria en medios urbanos».

Salvando las distancias obvias entre el caso de Ribadelago y el de los pueblos que protagonizan la exposición, sí se encuentran lugares e imágenes comunes, nombres y proyectos que se entrelazan en el mismo periodo de tiempo. Historia, a la que alude el propio discurso expositivo, construida a espaldas de las gentes. Memoria sepultada.

Revista Arquitectura COAM Nº54 (1963) págs 15-18. Consultar PDF completo aquí.

El poblado de Ribadelago Nuevo (Ribadelago de Franco hasta 2018) fue levantado por el régimen franquista entre los años 1959 y 1963 tras el negligente accidente acontecido en el pueblo viejo en enero de 1959. En la madrugada del día 9, tras la rotura de la presa de Vega de Tera, casi ocho millones de metros cúbicos de agua embalsada se precipitaron cañón abajo, arrasando el pueblo. La catástrofe, que se saldó con 144 víctimas mortales, activó de inmediato la maquinaria propagandística del régimen que anunció al día siguiente la adopción del pueblo por parte del dictador y la encomienda de su reconstrucción al Ministerio de la Vivienda. El profesor Rafael-Ángel García Lozano expone en su trabajo «Antonio Teresa y la extrapolación de latitudes. El poblado de Ribadelago tras la catástrofe de Vega de Tera» cómo se gestó el proyecto arquitectónico definitivo tras desechar una primera propuesta en la que se valoró su ubicación en algún lugar indeterminado de La Carballeda, Tábara y Los Valles.

«Bello y pujante, nuevo y alegre, Ribadelago de Franco»

El pueblo nuevo se levantó, finalmente, en las inmediaciones del Lago de Sanabria, a un kilómetro escaso del viejo. El lugar elegido fue una ladera umbría donde hubieron de demolerse 10.650 metros cúbicos de roca. El proyecto arquitectónico, que remite a los implementados en esos años dentro del Plan Badajoz del Instituto Nacional de Colonización, ignoró por completo las características climatológicas, orográficas y sociales de la comarca. Las viviendas, prácticamente apartamentos, nada tienen que ver con la casa tradicional sanabresa, fuertemente ligada a la ganadería como sustento económico. Sorprende que, lejos de contemplar este punto como una grave perjuicio para la población, se contemplase en su momento como una especie de avance hacia la modernidad: «La arquitectura del nuevo Ribadelago es actual, vanguardista si se quiere, que en nada recuerda a las viejas construcciones arrasadas» (Revista Arquitectura COAM Nº54, 1963, págs 15-18. Consultar PDF completo aquí).

Viviendas terminadas en Gévora (Badajoz). Arquitecto: Carlos Arniches Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Fotografía expuesta en «Pueblos de colonización: miradas a un paisaje inventado», Museo ICO (Madrid). Marzo 2024.

Las escuelas y la iglesia fueron bendecidas el domingo 3 marzo de 1963. La prensa local relató los actos con especial alegría: «Fuera llovía pertinazmente. El agua rebotaba en el asfalto de las amplias avenidas y corría brevemente lamiendo el encintado de las aceras para desaparecer en las alcantarillas sin formar charcos ni barros. A un kilómetro escaso del viejo pueblo, arrasado por las aguas, ha nacido, bello y pujante, nuevo y alegre, Ribadelago de Franco». (Diario Imperio 05/03/1963)

El poblado incluyó casi un centenar de viviendas, edificio municipal, locales comerciales, cine, parador, escuelas e iglesia. En la decoración de la iglesia, proyectada por el arquitecto Antonio Teresa, participó el escultor José Luis Sánchez (1926-2018), autor del calvario en bronce, la vidriera y la Piedad en bronce colocada en el exterior como homenaje a las víctimas de la tragedia. Precisamente este artista es uno de los más destacados entre los que realizaron obras para los pueblos del INC y en la exposición referida del Museo ICO pueden contemplarse algunas piezas suyas.

Fotografía del capítulo «Arte y artistas» de la exposición «Pueblos de colonización: miradas a un paisaje inventado», instalada en el Museo ICO (Madrid). (Arriba: boceto de la zamorana Delhy Tejero (1962) y óleo de Flora Macedonsky. Abajo: apóstoles en bronce, de José Luis Sánchez). Marzo 2024.

Las fotos de Ribadelago Nuevo por Juan Pando Barrero

La Fototeca del Instituto del Patrimonio Cultural de España conserva 125.000 imágenes en el denominado Archivo Pando, procedentes de los trabajos realizados por el fotógrafo madrileño Juan Pando Barrero (1915-1992) y su hijo Juan Pando Despierto (1943). Entre los temas de las fotografías custodiadas destacan la industria, las obras públicas y diversos monumentos así como reportajes específicos vinculados a la Dirección Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones y la Sección Femenina. Dentro del Archivo Pando se encuentran veintitrés fotografías del poblado de Ribadelago Nuevo realizadas en diferentes momentos de su proceso de construcción.

Ribadelago, memoria sepultada

El nuevo poblado nunca llegó a cumplir las expectativas, ni creó un pueblo nuevo ni sustituyó al viejo. Muchos supervivientes no llegaron a trasladarse al poblado, algunos se mantuvieron en el pueblo viejo, otros, directamente, emigraron. El pueblo tuvo algún momento de esplendor turístico que ha ido poco a poco desvaneciéndose en favor de otros puntos como El Puente, Galende, San Martín de Castañeda o Vigo de Sanabria. El estado de conservación de la arquitectura del poblado es deficiente y en algunas de las viviendas se han hecho modificaciones que alteran el conjunto. Está prevista la apertura del Museo de la Memoria de la tragedia de Ribadelago en el edificio municipal de la plaza.

Pasear las calles vacías de esta arquitectura descontextualizada lleva a recordar una historia de dolor. Memoria que se resiste a ser sepultada bajo un paisaje inventado.

Aspecto actual de las antiguas escuelas de Ribadelago Nuevo

Javier García Martín

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