El «Almanaque de Zamora y Guía del Forastero para el año 1878«, editado por Tomás María Garnacho y Arturo L. Núñez Villabrille, incluye un interesante apartado que -bajo el título de «Álbum»- recoge variados anuncios publicitando las bondades de los comercios y pequeñas industrias de la provincia. Sastrerías, almacenes de coloniales, aceñas harineras, sombrererías, confiterías, cererías, academias, pantalonerías, fábricas de jabones… una radiografía de la fugaz etapa de crecimiento económico que vivió la sociedad zamorana a finales del siglo XIX y principios del XX, con el nacimiento del comercio especializado, el establecimiento de algunas pequeñas industrias y la llegada del ferrocarril.
De entre los anuncios de dicha publicación, llama la atención el referente al Balneario de Bouzas, a orillas del Lago de Sanabria, en el término de Ribadelago. En esta entrada puede encontrarse una breve recopilación de la historia de este establecimiento, que explotó desde 1876 un manantial de aguas sulfurosas en la margen sur del lago. En su hospedería, hoy en estado de ruina, se alojó Miguel de Unamuno, escribiendo en el libro de huéspedes -precisamente el 1 de junio de 1930- uno de los poemas con los que abre su novela «San Manuel Bueno, mártir» (San Martín de Castañeda, espejo de soledades…).
El anuncio de los Baños sulfurados-sódicos de las Bouzas, ó Rivadelago, ofrece una breve descripción del establecimiento, información sobre el uso curativo de las aguas, así como las tarifas de los baños, el precio de las botellas de agua para llevar y los servicios que se ofrecen en la fonda.








Javier García Martín