Una colonia de gatos custodia desde el jardín perimetral la fantasmagórica estampa del antiguo edificio del Banco de España en la plaza de Cristo Rey de Zamora. Desde que dicha institución cerrara su sede provincial el 31 de diciembre de 2003, el edificio ha permanecido abandonado. Los sucesivos intentos del Ayuntamiento de Zamora, actual arrendatario del inmueble, para reconvertirlo en una nueva comisaría para la policía municipal han resultado fallidos.

El edificio, de aspecto hermético y contundente, fue proyectado por el arquitecto leonés Ramón Cañas Represa (1932-2003) en el año 1983 y contó con la colaboración del escultor zamorano José Luis Alonso Coomonte (Benavente, Zamora, 1932). La aportación de Coomonte, concebida ya en plena madurez artística, dista de ser testimonial y configura de manera definitiva la visión del conjunto.
Vista del edificio antes de su inauguración en 1983. Fotografía facilitada por Ramón Cañas Aparicio, hijo del arquitecto Vista del edificio antes de su inauguración en 1983. Fotografía facilitada por Ramón Cañas Aparicio, hijo del arquitecto Vista del edificio antes de su inauguración en 1983. Fotografía facilitada por Ramón Cañas Aparicio, hijo del arquitecto El arquitecto (derecha) posando junto al edificio antes de su inauguración en 1983. Fotografía facilitada por Ramón Cañas Aparicio, hijo del arquitecto
El primero de los elementos que contemplaría el visitante al acceder al recinto, un monumental letrero escultórico en hierro batido y galvanizado sobre un pedestal de hormigón, ya no existe en el lugar. Tras el cierre del edificio el rótulo fue trasladado a la sede del Banco de España en Oviedo donde fue recubierto con pintura de color verde.



Una original balaustrada escolta la rampa que conduce al acceso principal del edificio. Se trata de barras de diferentes alturas rematadas en esferas. Estas bolas de tamaños variables constituyen, según el crítico de arte Juan Antonio Ramírez en la publicación «Los niveles funcionales de la obra de arte: obra de José Luis Coomonte» (1982), uno de los rasgos uniformadores de la obra del escultor benaventano, «datos para poder mirar la obra de Coomonte como una totalidad coherente». Este elemento se encuentra en la actualidad tristemente semiengullido por la vegetación, lo que, por otro lado, refuerza su inspiración orgánica.

Las puertas basculantes del acceso principal son también obra de Coomonte. Como recoge María Teresa González Vicario en su artículo «Coomonte, hoy» (1989), las puertas están realizadas en aluminio fundido a la arena, y «en sus superficies se advierte el recuerdo de los abiertos campos castellanos, plagados de surcos, en este caso unos irregulares surcos que albergan formas esféricas, a modo de semillas».
Vista del acceso principal, antes de la inauguración del edificio. Fotografía facilitada por Ramón Cañas Aparicio, hijo del arquitecto Puertas basculantes del acceso principal. Estado actual. Escultor José Luis Alonso Coomonte Puertas basculantes del acceso principal. Estado actual. Escultor José Luis Alonso Coomonte Puertas basculantes del acceso principal. Estado actual. Escultor José Luis Alonso Coomonte Puertas basculantes del acceso principal. Estado actual. Escultor José Luis Alonso Coomonte Puertas basculantes del acceso principal. Estado actual. Escultor José Luis Alonso Coomonte
El último elemento del escultor Coomonte para la antigua sede zamorana del Banco de España es, a todas luces, el más visible y característico: la rejería exterior que a modo de celosía envuelve buena parte de la fachada granítica del inmueble. Para su elaboración se usaron 45.000 kilos de aluminio que se fundieron en una coquilla reproduciendo un módulo cuadrado de 75 centímetros. Este hecho la hace distinta al resto de las rejas del autor, generalmente en hierro fundido y con la huella visible del martilleado. La obra se realizó en la Fundición Capa y fue candidata a los premios Reynolds, por el uso singular del aluminio en la arquitectura.
González Vicario recoge que el motivo inspirador del diseño del módulo fue la reja existente en una saetera de la iglesia románica de San Cipriano en Zamora. El resultado, armonioso y original, confiere al edificio un aire de caja fuerte. Como curiosidad, en abril de 2021, se inauguró en una de las entradas del Puente de los Poetas un obelisco confeccionado con 24 piezas sobrantes del Banco de España que el escultor había guardado en su taller.

La aportación de Coomonte al edificio de la antigua sede del Banco de España en Zamora es, si no la más, una de las más relevantes obras del artista en el campo de la escultura aplicada. El edificio se encuentra bajo protección estructural tipo B (PEB) en el Catálogo Arquitectónico del Plan General de Ordenación Urbana del Ayuntamiento de Zamora. Es deseable que cuanto antes se dote al espacio de un nuevo uso que contribuya a valorar en su justa medida la obra de uno de los escultores españoles más relevantes del siglo XX.
Agradezco a Ramón Cañas Aparicio, hijo del arquitecto Ramón Cañas Represa, los datos y fotografías ofrecidas.
Javier García Martín
Fotografías realizadas en noviembre de 2022
Hermoso artículo y precioso edificio. Lástima que esté cerrado y no sea un contenedor del arte aplicado de Zamora. Son muchos los arquitectos que han intentado diseñar esculturas habitables, pero muy pocos los que han conseguido integrar arte y arquitectura con la belleza que se ha hecho en este edificio. Además serviría para estructurar un eje que unirían dos puntos extremos de la ciudad y del río. Ahí queda la idea.
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Muchas gracias por tu mensaje, Luis. Ojalá que el edificio tenga pronto un nuevo uso, sea el que sea. Un saludo
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